El hecho de ser padres requiere el desarrollo de ciertos comportamientos y habilidades necesarias para la correcta educación de nuestros hijos.
A veces, resulta complicado y nos asaltan dudas… “¿Estamos desempeñando bien nuestro papel? ¿Por qué nuestra hija no se duerme? ¿Por qué es tan nerviosa? ¿Qué podemos cambiar?”…
En primer lugar, debemos aclarar que no todos los niños funcionan de la misma manera: a unos les cuesta más y a otros menos. Nuestra labor como padres es instruirles para que aprendan aquellos comportamientos adecuados. No hay culpables, simplemente maneras diferentes de aprendizaje.
Es posible que el niño no se comporte como nos gustaría porque no estamos utilizando bien las técnicas de refuerzo y castigo. Muchas veces, lo que para nosotros es un castigo no lo es para nuestro hijo, pues no lo ve como algo negativo. Por tanto, esa conducta indeseada no desaparece.
Tanto si te sientes identificado con esta situación, como si hay algún aspecto en la educación de tu hijo que no sabes si estás manejando bien, no dudes en consultarme
