MANEJO DE PENSAMIENTOS

Cuando deseamos manejar los pensamientos, probablemente nos estemos refiriendo a algún tipo de pensamiento que nos genera malestar. Existen varios tipos:

¿Qué son los pensamientos intrusivos?

Son pensamientos o imágenes involuntarios, repetitivos y no deseados. Este tipo de pensamientos pueden llegar a causar gran malestar, miedo, ansiedad, problemas para concentrarse… pudiendo llegar a convertirse en obsesiones. La persona que presenta este tipo de pensamientos puede llegar a sentirse avergonzada por el contenido de los mismos.

Irónicamente, el origen de los pensamientos intrusivos radica en el deseo personal de no querer actuar como se piensa. Por ello, el deseo de alejarlos del pensamiento no hace más que forzar más su presencia.

¿Qué son los pensamientos rumiativos?

Son un patrón repetitivo de pensamientos en los que la persona se enreda, pasando de un pensamiento a otro sin obtener respuestas o soluciones. Esto produce emociones muy intensas e incluso desbordantes, así como un gran agotamiento físico y mental.

Suelen estar muy relacionados con sintomatología depresiva y pueden llegar a ser muy incapacitantes, ya que la persona que los padece queda sumergida en estos bucles dejando totalmente de lado las cosas realmente valiosas de su vida.

¿Qué relación tienen los pensamientos con el Trastorno Obsesivo Compulsivo?

Este trastorno se caracteriza por la presencia de pensamientos no deseados (imágenes o pensamientos desagradables e involuntarios, que se interpretan como peligrosos) o actos compulsivos recurrentes (rituales como la verificación, el conteo, la limpieza, orden excesivo… son rígidos y repetitivos).

En estos casos, las compulsiones surgen como un intento de controlar una parte de la realidad que escapa al propio control. Es decir, con la compulsión la persona está tratando de evitar que ocurra una desgracia que está ocurriendo ya en su pensamiento.

¿Cómo se puede poner la mente en blanco?

En realidad poner la mente en blanco es imposible. A veces utilizamos esta expresión para referirnos a momentos en los cuales no estamos siendo del todo conscientes de nuestro flujo de pensamiento, y por tanto, cuando nos preguntan en qué pensábamos no sabemos decir en qué, porque no lo recordamos. No hemos fijado ese proceso mental en nuestra memoria de manera deliberada.

Sin embargo, “dejar la mente en blanco” es imposible, de igual modo que es imposible hacer que nuestro corazón deje de latir deliberadamente. El cerebro, como el corazón, son órganos que están funcionando constantemente aunque no seamos conscientes en todo momento de su funcionamiento.

Lo que sí podemos hacer es: tomar conciencia de nuestro flujo de pensamiento, aprender a focalizar nuestra atención y por tanto, aprender a manejar nuestro pensamiento a nuestro favor. Identificando pensamiento racional e irracional, generando un pensamiento más proactivo y positivo, detectando y frenando bucles de pensamiento y aprendiendo a mantenernos más en el presente y menos en la mente.

Si quieres profundizar, contáctame y prestaremos atención a tu caso particular.