Dentro de los problemas relacionados con el estrés, y en concreto con el estrés laboral, existe una problemática específica: El Síndrome de Burnout o “síndrome de estar quemado”, que responde a un tipo de estrés crónico.
Los Factores de Riesgo que lo pueden precipitar son:
- Un desequilibrio entre la vida personal y la vida laboral
- Las demandas del puesto de trabajo sobrepasan los recursos disponibles para desempeñarlo
- El trabajo de cara al cliente
- El factor de incontrolabilidad de una situación
Si sospechas que puedas estar padeciendo Síndrome de Burnout, trata de responderte a las siguientes preguntas:
- ¿Te has vuelto cínico o crítico en el trabajo?
- ¿Te “arrastras” para ir a trabajar y sueles tener problemas para empezar una vez has llegado?
- ¿Te has vuelto irritable o impaciente con los compañeros de trabajo o clientes?
- ¿Te falta la energía necesaria para ser consistentemente productivo?
- ¿Has dejado de experimentar la sensación de satisfacción en tus logros?
- ¿Te sientes desilusionado con tu trabajo?
- ¿Estás consumiendo excesiva comida, drogas o alcohol en una búsqueda desesperada de sentirte mejor?
- ¿Tus hábitos de sueño o apetito han cambiado por culpa del trabajo?
- ¿Estás preocupado por los dolores de cabeza inexplicables, dolores de espalda u otros problemas físicos que han ido apareciendo, aparentemente sin sentido?
Si has contestado que sí a 3 o más de las anteriores preguntas, probablemente estás desarrollando o ya hayas desarrollado el síndrome de burnout y tengas esa sensación de “estar quemado”.
Algunos de los síntomas principales que puedes estar experimentando son:
- Agotamiento emocional (psíquico y fisiológico): una pérdida de energía y aparición de fatiga a nivel físico y psíquico.
- Despersonalización: que se manifiesta en actitudes negativas en relación con los compañeros de trabajo o clientes. Irritabilidad, y pérdida de motivación. Puede conllevar a la deshumanización en el trato.
- Falta de realización personal: que acarrea también una disminución de la autoestima personal, frustración de expectativas y manifestaciones de estrés a nivel fisiológico, cognitivo y comportamental.
Algunos de los abordajes que yo contemplo en terapia en relación a esta problemática son:
- Reducir fuentes de estrés (replanteando las prioridades) y aplicar la técnica de solución de problemas en el trabajo
- Buscar tus redes de apoyo (en el ámbito personal y en el laboral)
- Hacer ejercicio y dedicar más tiempo a hobbies e intereses
- Ajustar la actitud: tomar perspectiva, reconectar con lo positivo del trabajo, favorecer relaciones positivas con los compañeros, programar pequeños descansos a lo largo de la jornada, trabajar el “estar más presente” y menos “en la mente”…
No dudes en contactarme para tu primera consulta y ponerle solución.